Huertos orgánicos: un reencuentro con la pachamama

Saúl Pulupa
7 min readSep 23, 2021

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Sin duda alguna la naturaleza nos ha dado una lección de humildad en todos los frentes, seguro te estás preguntando ¿a qué humildad me refiero? En todo el planeta, incluida nuestra comuna, se ha visto afectada por un virus que ha hecho que nos resguardarnos en casa, (según datos de la OMS, en todo el planeta hay 4.952,882 casos confirmados de COVID-19, en Ecuador la cifra de casos confirmados llega a los 35.000) teniendo que subsistir con el dinero justo, minimizando gastos y recurrir a prácticas milenarias como: el trueque, la jocha o volver la mirada al campo. Y de esta manera vivir de una manera más sencilla, más humilde, pero no un humilde de precariedad, más bien de vivir con lo justo y necesario.

Parte de esa mirada al campo ha sido por la necesidad de autoabastecerse ya sea de frutas, verduras y legumbres. La mayoría de comuneros tenemos en casa espacios para sembrar o para tener un jardín, descuidado pero lo tenemos. La siembra aquella actividad que se ha desempeñado por siglos dentro de la comuna, y que nos alimentado con grandes cementeras de maíz, frejol, zambo, arveja… Hoy, sin embargo, son pocos los que tienen un huerto en casa, las razones son varias: falta de tiempo, desconocimiento… Pero, nuevamente la naturaleza nos da un empujón para retomar esa práctica.

Cuando empezó la cuarentena, no imaginamos que íbamos a estar aislados por tanto tiempo, las actividades que normalmente se realizaban, de la noche a la mañana cambiaron y por un tiempo parecían más vacaciones que otra cosa. Pero, con el paso del tiempo tu cuerpo y tu mente empiezan a reclamar por actividades que ayuden a sobrellevar esta situación. Según la OMS, las medidas de confinamiento por el covid-19 incrementarán los índices de depresión y suicidio en la ciudadanía.

Por ese motivo un día me puse a ver que tenía en el patio de la casa, y lo vi, un terreno lleno de mala hierba y unas maderas arrumadas. La economía como todos saben se redujo drásticamente y ver un ahorro en lo que sea, fue uno de los pretextos. Pretexto porque también hay una voz que te dice: haz algo de provecho, aprovecha este tiempo que tienes. Esa voz era mi esposa, así que me puse manos a la obra.

Dejar el espacio libre mala hierba es el primer paso.

Primero me puse a investigar sobre los huertos orgánicos y técnicas para hacer un huerto con las maderas que tenía en casa. Así llegué a las camas o bancales elevados para siembra, hay muchos materiales con los que se pueden construir como: madera, metal, ladrillos, bloques, incluso con ramas. Al disponer madera en el patio me decidí por ese material. Este método de cultivo permite, que se levanten por encima de la superficie de la tierra y se rellenan con abono de mayor calidad, generando en sitio adecuado para que los vegetales crezcan con mayor facilidad. Además, permiten un correcto drenaje, permitiendo que el agua se absorba sin empapar los cultivos.

El primer trabajo que realice fue limpiar el terreno de todo aquello que decimos mala hierba, hasta dejar el espacio de instalación de los bancales listo. Al siguiente día me puse a revisar videos tutoriales, en YouTube busque: como armar tu propio huerto en casa, de todos los videos que consulte me quedé con este:

Con la ayuda de Mayu, mi hijo de dos años, me puse manos a la obra, mi ayudante hacia el control de calidad, en varias ocasiones me tocó levantar las maderas porque no estaban demasiado fijas para su gusto. De a poco el trabajo se hizo más entretenido, tener ocupada la mente y tu cuerpo en una actividad que te va a dar beneficios es un plus. Unas de las recomendaciones para cuidar tu salud mental es mantenerte ocupado. Una distracción ayuda alejarte del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la depresión.

Mayu realizando el control de calidad del bancal.

Cuando mi papá hizo una compostera 5 años atrás, nunca imagine que esa tierra iba a ser útil, pero, nuevamente la humildad se hizo presente, todo lo que se necesitaba para hacer un huerto estaba ahí, lo único que hacía falta era ver con otra mirada el patio y sobre todo tomar un azadón y una pala para crear vida y dejar que la naturaleza haga el resto.

De a poco con la ayuda de Lili, mi compañera de vida, y Mayu fuimos llenando los bancales, alternando entre compost y tierra. Recorde en dos ocaciones la sabiduria de los abuelos, la primera vez, cuando solían decir: en la vida no hay casualidades, sino causalidades, y así fue, nuevamente la solidaridad se hizo presente. Un compañero agrónomo, a quien también llame para que me asesore para hacer los bancales, se puso en contacto para ofrecerme plántulas, porque no tenía mucho espacio para sembrar todas en su huerto, me explicó que las plántulas tienen un mes de crecimiento y se adaptan mejor a la siembra y garantizan el crecimiento del huerto.

Relleno de bancal con tierra y compost.

La siembra fue un ritual al que nos entregamos con mucho cariño, siempre escuche de la voz de mi padre que hay que sembrar entrada la tarde para que las plantas no se estresen y el sol no las haga daño, previo a la siembra, siempre se debe humedecer la tierra, la tierra debe estar preparada para recibir un nuevo huésped en su seno. Otra cosa que mi padre solía decir, es que, hay que hablarle a las plantitas y ofrendar la tierra para que haya una buena cosecha.

Cantar, hablar, sonreír fueron parte del ritual de siembra, unas manos pequeñitas que sostenían una planta dejaron salir uno que otro suspiro y emoción, nuestros hijos son el reflejo de lo que somos, en ese momento recorde nuevamente la sabiduría de los abuelos, los árboles son lo que son las raíces, así que me sentí orgulloso de que en ese momento nuestro reflejo sea el de agricultores y la pacahamamita se sienta bendecida por un alma noble quien se encargó de sembrar, a su manera, pero, lleno de felicidad.

“los árboles son lo que son las raíces”…

Mayu sembrando su primera menta.

Hoy nuestro huerto ya está dando frutos. Cuando cosechamos las primeras lechugas, acelgas, espinacas y rúculas, realizamos una ensalada y puedo decir que el sabor es muy distinto a las verduras que compramos en el mercado y no se diga a los que se compra en el supermercado. Debe ser porque sabes cómo están cultivadas y al no utilizar ningún agroquímico es un producto 100 % orgánico. Esto permite comer de manera saludable y con armonía con la naturaleza. Según la investigación realizada por el Ministerio de Agricultura de Argentina, algunos de los vegetales y hortalizas producidos de manera orgánica presentaron un aumento en los índices de minerales como potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, lo cual se traduce en un mayor aporte de nutrientes para quien los consume y por ende varios beneficios para la salud.

Ahora al mirar el patio y ver cómo se transformó, me cuestiono ¿por qué no hice un huerto antes? La respuesta es simple, el contacto con la tierra se ha perdido, sentir su aroma, dejar que te abrace, cantarle, es algo que ya no está en nuestra matriz racional, es más fácil comprar las verduras que dedicarte a esta actividad. Pero, sin duda esta experiencia me ha servido como terapia emocional y me ha permitido conectar con la pachamama nuevamente, porque cada uno tiene un vínculo con ella, solo que esta dormida esperando despertar y que sea parte de nuestra vivencia.

Un huerto orgánico, cambia tu estilo de vida.

Si tienes poco espacio o de plano no tienes patio, no te preocupes, hay varias soluciones para hacer un huerto, puedes optar por las mesas de cultivo, por huertos verticales o huertos colgantes. Lo único que necesitas es conectar con la naturaleza y dejar que la creatividad fluya. En cuestión de materiales no es necesario invertir, puedes hacer con lo que tengas en casa, seguro hay una olla vieja que puedes darle otra utilidad, o un cajón que puede convertirse en un huerto. Pero, si eres un manitas y lo tuyo es la carpintería, solo deja que la creatividad te invada, aquí te dejo algunas alternativas para hacer tu propio huerto en casa.

Ideas que puedes encontar en Pinteres.

Un huerto orgánico en casa puede ser tu espacio de meditación, hecha alimento.

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Comunicador social, community manager, marketing digital. http://www.randicomunicaciones.com✏️

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